La iniciativa de Américas sigue siendo un emblema de Concordia desde el 2016, reuniendo líderes del sector público, privado y sin ánimo de lucro, para hacer frente a los desafíos que enfrenta el hemisferio occidental, desde la manufactura y la dinámica de las cadenas de suministro, hasta las soluciones ambientales dirigidas por el mercado. Mucho ha cambiado desde 2016 en relación a Concordia, el Americas Summit y el mundo. Algunos de esos cambios – y cómo pretendemos afrontarlos- fueron en núcleo alrededor del cual nos reunimos para debatir en un foro abierto, colaborativo, y no partidista en el mes de marzo.
Miami, una ciudad que sirve de conducto entre Norteamérica, Centroamérica y Suramérica, proporcionó el escenario ideal para la séptima versión del Americas Summit. En Miami podemos ver una fusión de culturas e idiomas, un punto fuerte al que a menudo se hace referencia como “crisol de culturas” o, como describe más acertadamente la alcaldesa del condado de Miami-Dade, Daniella Levine Cava, “una ensalada” ya que “cada aspecto e ingrediente único que contribuye añade un delicioso sabor”. Sin embargo, también observamos una confluencia de preocupaciones, y la principal de ellas es la erosión de la confianza en nuestras instituciones. De acuerdo a una encuesta reciente de Gallup, la confianza en las instituciones está en su punto más bajo, o cerca del punto más bajo en más de 40 años. Desde los gobiernos nacionales hasta las fuerzas policiales locales, la gente desconfía cada vez más de sus instituciones, prefiriendo depositar su confianza en fuentes de noticias dudosas. En consecuencia, la desinformación va en aumento, convirtiendo el momento actual en uno de los más críticos de la historia para la democracia global.
Mientras aumenta la magnitud del problema, exacerbado además por la erosión de los niveles de confianza en nuestras instituciones, también crece el papel de la innovación digital y la conectividad para facilitar la educación, el crecimiento y las oportunidades. Por ello, es fundamental contar con un sector privado saludable y un sector público comprometido. Las propuestas exploradas en el 2023 Americas Summit en relación al tema de la desinformación abarcan los esfuerzos para localizar la toma de decisiones relacionadas a la censura y la creación de juntas de supervisión independientes, hasta el uso de la inteligencia artificial para desarrollar sistemas de clasificación que ayuden a los consumidores a tomar decisiones informadas.
Estas son las primeras de muchas conversaciones productivas que se tendrán alrededor de este tema a lo largo del 2023. Esperamos dar continuidad a las discusiones de esta semana durante nuestro 2023 Annual Summit, el cual se llevará a cabo del 18 al 20 de septiembre en la ciudad de Nueva York, manteniendo su posición como el principal foro no partidista junto a la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Como siempre, damos gracias a toda la comunidad de Concordia – nuestros aliados, patrocinadores, miembros, panelistas, Consejo de Liderazgo, y asesores – por sus ideas, orientación y apoyo. Un especial agradecimiento a nuestro Aliado Principal de Programación, La Universidad de Miami. Esperamos volver a su campus para celebrar el Americas Summit en 2024 y 2025.
Matthew A. Swift
Nicholas M. Logothetis
En un mundo plagado por el conflicto, el valor de las comunidades estables y resilientes nunca ha sido mayor. Estas se construyen por medio de la participación activa de ciudadanos que hacen oír su voz respecto a su futuro. Garantizar la participación de los más desfavorecidos de la sociedad, los jóvenes y particularmente las mujeres, es esencial para mantener instituciones confiables que respondan a las necesidades de sus comunidades. El intercambio de ideas, el idioma y el arte de una nación también puede utilizarse como herramientas para articular diferentes líneas de pensamiento, valores y objetivos políticos, permitiendo que las sociedades hablen entre sí. ¿Pueden movilizarse los recursos culturales para unir a un mundo dividido? ¿Cómo puede la colaboración intersectorial situar la defensa de los jóvenes en el centro de las decisiones políticas?
El estado de la democracia en el hemisferio occidental ha sido una preocupación constante en las últimas décadas, pero nunca ha sido más pertinente que ahora. Aunque la región está ampliamente representada por democracias, sigue habiendo un riesgo latente de dictaduras que se pueden apoderar de instituciones democráticas, en donde la desigualdad socioeconómica y la corrupción ahondan las preocupaciones, resultando en sociedades altamente polarizadas. Un enfoque en el mantenimiento de las instituciones democráticas y la seguridad nacional será esencial para que los políticos logren una sensación de paz alrededor del mundo. ¿Cómo puede la colaboración intersectorial unir a países divididos? ¿Qué papel desempeñará la tecnología emergente en el futuro de la seguridad nacional y cómo puede ser gobernada?
A medida que se multiplican las catástrofes naturales en todo el mundo, queda claro que estamos sufriendo las consecuencias de décadas de crecimiento industrial exponencial y consumo sin restricciones. Para preservar nuestra salud planetaria y crear un futuro saludable para las futuras generaciones, es necesario actuar con urgencia. Para los gobiernos, esto requiere reconstruir la confianza en las instituciones. Para las empresas, el calentamiento global plantea riesgos operativos, y aunque se reconoce que las prácticas sostenibles serán más rentables para las organizaciones, sigue habiendo una desconexión en su aplicación. ¿Qué oportunidades existen para las empresas en el cambio hacia la responsabilidad ambiental y social? ¿Cómo podemos asegurarnos de que los que más sufren los efectos del cambio climático no queden al margen a la hora de invertir en sus soluciones?
Cuando se examina el acceso a los servicios financieros, las disparidades existentes entre etnias, estatus socioeconómico y género se ven exacerbadas por la pandemia global en diferentes países y a lo largo de la división global Norte/Sur. Esto dificulta la capacidad de generar ingresos, invertir y gestionar el flujo de efectivo, por lo cual es inminente la recuperación económica post-pandémica. También es vital fortalecer las instituciones democráticas, que se han visto desmanteladas por una baja de confianza debido al aumento del desempleo y la pobreza, así como a la propagación desenfrenada de la desinformación. A menor escala, la inclusión financiera también es necesaria para empoderar a las comunidades, facilitando el acceso a la educación y la alimentación. Mientras nos esforzamos por construir infraestructuras financieras más resistentes, ¿cómo garantizamos un acceso equitativo de calidad y seguro? ¿Qué dudas persisten sobre el papel de la tecnología para cerrar esta brecha? ¿Qué compromisos deben asumir los sectores privado, público y terciario en su colaboración?
Los acontecimientos de los últimos años han puesto el foco en la necesidad de desarrollar sistemas sanitarios más resistentes. Esto también ha resaltado las disparidades existentes en la atención sanitaria alrededor del mundo en cuanto al género, el origen étnico, el estatus socioeconómico y la división global Norte/Sur. Hoy también vemos cómo la pandemia ha tenido un impacto perjudicial en la salud mental mundial, con consecuencias a largo plazo que requieren una acción inmediata. ¿Cómo facilitar la innovación para evitar que la próxima pandemia sea de salud mental? ¿Cómo podemos mejorar las alianzas mundiales para la preparación ante una pandemia? ¿Cómo podemos utilizar estas lecciones para rediseñar sistemas sanitarios más sólidos? Y, ¿cómo podemos reconstruir la confianza institucional para garantizar una asistencia sanitaria óptima para todos los miembros de la sociedad, y generar un sentimiento de confianza en nuestro futuro sanitario?
Tras la pandemia del COVID-19, las innovaciones tecnológicas han demostrado ser fundamentales en la respuesta a los retos mundiales y en la capacidad de las sociedades de actuar. Las organizaciones y los individuos no tienen más remedio que digitalizarse para sobrevivir, lo cual ha creado una nueva norma: una economía conocedora de la tecnología y a una mano de obra híbrida. Esta transformación ha brindado una mayor conectividad, terapias revolucionarias y tecnologías sostenibles a la sociedad civil. Sin embargo, también ha producido una nueva modalidad de diálogo descontrolado, lo cual ha desembocado en una crisis de desinformación. ¿Cuál es el papel de la tecnología en la sociedad? ¿Cómo podemos protegernos mejor contra las disrupciones en el ámbito laboral y cerrar la brecha educativa y de género? ¿Puede encontrarse colectivamente la respuesta a la creciente preocupación por la privacidad?
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