Concordia Action Alliance - Coordinación, Producción y Distribución de Vacunas

Debido a la crisis de salud, económica y social causada por la COVID-19, justo después del brote de la pandemia varios Estados y compañías farmacéuticas comenzaron rápidamente a participar en una carrera para obtener una vacuna. Según Richard Meredith, este enfoque competitivo ha sido un obstáculo crítico en los esfuerzos por superar la pandemia. En ciertas formas, la falta de reconocimiento del COVID-19 por los cuerpos multilaterales como un problema global que requiere de acción global, ha obstaculizado el progreso. Meredith enfatizó en la necesidad política de liderazgo en la arena internacional, particularmente alrededor del diseño e implementación de una estrategia global. Esto, explicó, podría fortalecer la seguridad de todos los Estados, especialmente los más vulnerables.

Reiterando la necesidad de una estrategia global, Mario Cimoli reiteró que las desigualdades estructurales e históricas entre las regiones deben ser abordadas para que cualquier estrategia sea efectiva. En el caso de Latinoamérica y el Caribe, hay Estados que tienen las capacidades de producir la vacuna, pero debido a ciertas asimetrías en la economía global en cuanto al comercio, la inversión y acuerdos de propiedad intelectual, es difícil poner estas habilidades a la práctica. Por tanto, Cimoli hizo un llamado a corregir esas asimetrías con esfuerzos multilaterales.

Tomando en consideración las diferencias geográficas, culturales y sociopolíticas, M. Rashad Massoud argumentó que un esfuerzo global coordinado debería descentralizar cualquier plan global. El proceso de vacunación debería ser adaptado para poder responder adecuadamente a las necesidades locales, nacionales y globales. En este sentido, los esfuerzos coordinados se deben enfocar en escalar el número de individuos vacunados, lo cual puede ser logrado a través del establecimiento de un movimiento social que genere confianza en la vacuna, utilizando la educación y el aprendizaje como herramientas.

“Esto es una pandemia global, y si, estoy de acuerdo con que requiere de un plan global. Pero un plan global no es un plan para el mundo sino un esfuerzo global coordinado para deshacerse del virus, y para hacerlo, debemos descentralizar los planes internacionales, además de desarrollar planes locales dentro de los planes nacionales basados en sus diferentes contextos,” M. Rashad Massoud

El sector privado es clave para aliviar las consecuencias de la pandemia. Ben Hubbard explicó que el mismo nivel de ingenio, inversión y urgencia que se ha puesto en el desarrollo de la vacuna, se debe poner en los esfuerzos de la distribución por parte del sector público y privado. En ese sentido, deben haber esfuerzos multilaterales para abordar los retos en la cadena de suministro de vacunas, tal y como mantener las condiciones de temperatura óptimas y evitar los robos e incendios. Estos esfuerzos requieren un marco de acción y un control en tiempo real de los sistemas, a lo largo de las diferentes etapas de la cadena de suministro.

La desinformación también ha sido uno de los mayores obstáculos de la crisis, con muchas personas cuestionando si se pondrán, o no, la vacuna. Tal y como resaltó Martha Delgado Peralta, en el caso de México un 10% de la población no está dispuesta a ser vacunada. (Meredith anotó que el número en realidad es más bajo que en muchos otros países, y se refirió a los retos que la inoculación integral enfrentaría globalmente). En esta situación, Delgado argumentó que para promover la confianza en la ciencia y las instituciones, la difusión de fake news debe ser frenada. Para combatir la desinformación, Estados y cuerpos multilaterales han implementando diferentes estrategias. Hanne Dalmut habló sobre la importancia de tener un sistema de información colaborativa que pueda proporcionar información respecto al número disponible de vacunas, así como su accesibilidad, seguridad y costos. Tal sistema es crítico para que los ciudadanos tomen decisiones informadas.

“Nadie estará seguro hasta que todos estemos seguros,” Martha Delgado Peralta

Estados de ingresos bajos y medios se han visto duramente afectados por la pandemia del COVID-19. Sin la capacidad de producir vacunas, la cooperación internacional como alternativa es indispensable. Hazel Laws resaltó que casi todos los países del Caribe se habían unido a la instalación COVAX, ya que parecía ser la forma más eficaz de asegurar el suministro de vacunas en la región. La Agencia de Salud Pública del Caribe ha jugado un papel crítico en detectar el escepticismo hacia la vacuna en la región, y las alianzas con el sector privado serán importantes en términos de almacenar las vacunas bajo las condiciones adecuadas. Estos planes de acción reflejan la necesidad de sostener esfuerzos bilaterales y multilaterales.

En medio de la pandemia, los Estados y cuerpos multilaterales ya proyectan una tasa de éxito de la vacunación para 2021. Los planes nacionales elaborados durante el 2020 ya tienen priorizados los recursos y los pasos a seguir. En este contexto, Germán Escobar aseguró que el plan de Colombia frente a la crisis ha sido muy dinámico, siguiendo la línea del multilateralismo, respondiendo a las condiciones del mercado y priorizando a las poblaciones más vulnerables.

La conversación concluyó con cada uno de los panelistas presentando un área en la que las alianzas podrían aportar un servicio esencial frente a la distribución rápida y equitativa de la vacuna contra el COVID-19 en Latinoamérica y el Caribe.